SECRET CITY … es la estúpida ficción…

por marcelmaina

Devoré una serie por Netflix, muy bien lograda y con actuaciones de impecables a convincentes. Brillante en su ritmo y, lo que no abunda, llegando a su final con solidez.

Secret City (La ciudad secreta), un thriller político protagonizado por Anna Torv, excelente actriz, que permanentemente rompe con su libertad y su conciencia, lo esperado.

Esta serie plantea que no siempre las teorías conspirativas son falsas y creadas por mentes perturbadas. Y que es una herramienta eficaz para los poderes desacreditar con esa idea,… los ambientalistas son fanáticos, los que apuntan a criticar quieren desestabilizar, los que desean investigar afectan la economía del país, estos son liberales, los otros nacionalistas, los otros yanquis, los otros comunistas…etc. etc.

Hay decisiones de la película brillantes, una es que no todos los políticos son lo mismo, no todos los periodistas son lo mismo, no todos los militares son lo mismo. Lo que si vale como una vara común es que cuando se quiere avanzar en alguna denuncia que devele una oscura trama, los implicados apelarán a cualquier método para desacreditar, tocando a fondo miedos y la deshonra de quienes amenazan, e incluso la muerte como borramiento de todo peligro. No sé, ¿le suena?

Espías ya fuera de todo control, negocios que son los que mandan al estado, políticos que lucran con el ocultamiento, creación de conflictos, incluso guerras cuando algo puede escaparse de las manos, leyes duras de aparente seguridad para todos, con el fin de perseguir y acallar a opositores desestabilizantes, justicia casi ausente y mucha gente del gobierno que simplemente mira para otro lado por las dudas. ¿le suena?

Si corremos el que estos escenarios se dan en Australia y que solo es la estúpida ficción, podríamos imaginar locamente, que esta serie nos interroga, y que cuando vemos la comedia de enfrentamiento de políticos, nosotros, los ciudadanos de a pie, les creemos. No logramos ver los negocios que manejan las fichas de las verdaderas jugadas. Por ejemplo que una guerra se analiza como posible negocio, que una guerra distrae, y que nosotros compramos nacionalismo, patria y toda la estupidez junta.

¿En que terminó en nuestro país, por ejemplo, los terribles negociados del menemismo? En apretadas para contarlo a favor y libertad por cansancio de la justicia por arribar a fecha de vencimiento.

Y nosotros, los estúpidos ciudadanos de a pie, aún nos creemos la grieta. La grieta es entre quienes de una forma u otra se sirven del poder y los que miramos películas no inconvenientes, armadas para las emociones convenientes.

Suerte que Ciudad Secreta es en Australia y es una estúpida ficción.

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