Un genocidio que tuvo lugar en 1994 en Ruanda, de la etnia hutu contra la tutsi, está considerado la peor de la historia en cuanto a tiempo y número de víctimas (cerca de un millón de muertos en tres meses). Hugo Blick (conocido por la miniseries The Shadow Line y La Mujer Honorable) nos invita a transitar una historia que combina muchos condimentos: suspenso, crítica social, hechos y personajes históricos y un corredor dramático que atrapa al espectador cuando el puzzle empieza a tomar forma.
Serie presente hoy en Netflix, con dos maravillosos actores, que convierten sus apariciones en clases magistrales de actuación. Son ellos el histórico y galardonado John Goodman y Michaela Coel, que cuando coinciden en escenas atrapan e hipnotizan. La actriz comenta que tomó consciencia de esta matanza al ser convocada para la película, y se nota que lo llevó a su actuación, como una búsqueda de todo su ser de retazos que van apareciendo progresivamente y rescatan una memoria perdida por el tremendo dolor que generó.
Hay un trasfondo tan presente en todo el mundo, y algo que en la Argentina trae ya mucho tiempo, el ceder tierras a las mineras, para su saqueo, devastación y contaminación terrible. Bastaría ver como carecemos de información gracias a la pandemia, del trabajo silencioso que vienen generando estos poderes, con gobierno nacionales y provinciales prestos a realizar arreglos, nunca convenientes para el país. No debería sorprendernos los asesinatos, sobornos y persecuciones que mueven estos intereses…la plata que se juega es mucha…y muchos grandes capitales no tienen tan buenos modales.
Dos joyitas que suman a esta valiosa obra de arte, la voz de Leonard Cohen en la banda de la película, más el aporte de Nina Simone, The National, Jeanne Lee, Lou Reed y la animación de dibujos en blanco y negro para las escenas más duras.
La tierra negra se levanta, y deja al descubierto los cadáveres que llaman a nuestra memoria, quedan al descubierto los intereses oscuros y despiadados de los colonizadores, queda al descubierto la violencia sufrida y luego incorporada y ejercida por algunas de las víctimas africanas…en fin, nada queda fuera de una película que no pretende para nada ser un panfleto…y que nos invita a un viaje al fin de la noche humana…sin sedantes.