ACIDEZ MUY DE MIÉRCOLE

De ilusiones, engaños y manipulación

Tengo mi mujer en estado grave internada en el Hospital Central de Mendoza. Si bien todo empezó en el Covid, ya recuperándose sufrió en otro hospital una mala praxis, y allí empezó el terrible tránsito de sacarla de la muerte, operación y terapia prolongada. Agradezco que el actual hospital sea un hospital de verdad, y sus profesionales serios y humanos a la hora de asistir. Cuando mucha gente amiga y conocida se fue enterando surgió toda una amplia movida de rezos, rituales y acompañamiento para que ella saliera. Estoy muy agradecido de lo que cada uno, desde su creencia sumó, y entiendo también las declaraciones del tipo «va a estar todo bien», «va a salir», «tenés que confiar». Soy muy cauto, porque le dejo lugar a cuestiones misteriosas que hacen que no baste con lo que yo quiero. Y entonces solo puedo aportar amor, acompañamiento y respeto. Respeto porque solo podemos crear una parte…la otra la vida, y cada alma decide. El otro día fueron unos religiosos a orar. Yo aprendía a respetar la creencia de cada uno, lo que me cuesta aceptar es la imposición de algo que puedo simplificar en «si te querés salvar tenés que creer en lo que yo creo». Una de las mujeres salvadoras salió y le dijo a una mujer desesperada por el estado de su esposo «Dios ya le limpió el pulmón pasando su brazo, ya está todo bien». Y si así no fuera…de qué vale ilusionar a la gente para que después le cueste aún más despedirse. Eso para mi es no respeto, es erigirse en salvadores. Los hay de todo tipo, pastores, chamanes y videntes…o como se quieran llamar, y en tiempos donde cuesta vincularse con el dolor…tienen campo fértil para manipular.

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