(Crónicas ácidas por marcelmaina)
REDES PARA ENREDARSE

Las redes son en parte un espejo bastante certero de nuestro estado de cosas. Hoy se puede decir cualquier cosa en las publicaciones, apoyados en lo efímero de los tiempos (todo pasa rápido y se olvida), tanto agresiones, como mentiras, y datos muchas veces maquillados por la «veracidad científica»…que da para todo.
Gran parte de las publicaciones son opiniones, acompañado algunas frases o artículos. A veces las opiniones se cuelan en anteriores intercambios. Muchas veces enriquecen, otras son de refuerzo de lo ya dicho y otras irrumpen con la directa anulación de lo anterior. A veces la forma no es un nuevo argumento, es la bronca expresada desde un lugar de única verdad. Entonces surge la infaltable lucha de opuestos, de todos los colores y posibilidades, donde no hay intercambio posible y triunfa la lógica de matar o morir. Uno no está a salvo de todo esto, de reaccionar me refiero…y entonces la escalada pasa por el no escuchar, mi opinión es la verdad y si opinas distinto no existís. Hay temas en los que creemos, creencias que generalmente no son tan propias, pero el mayor problema es que en general hemos eliminado la duda. En los tradicionales agresores uno se pregunta qué les sucede internamente con ese tema que les produce tanta rabia, pero en general deberíamos interrogarnos sobre la triste realidad de la exclusión de la duda. Yo pienso así, pero podría ser de otra forma. Y vale el respeto a lo que cada uno, más o menos convencido, opine. Y va un ejemplito: yo no confío mucho en las vacunas actuales contra el COVID, pero aunque he aprendido a seguir lo que siento, tal vez puedo estar equivocado y mañana, sin ninguna propaganda, pueda opinar distinto. Por supuesto que dicho así puede despertar una legión de convencedores seriales.